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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 21 de julio de 2010

Barcelona: "ni toma", ni Tomás; la nada, el abismo / Por Pedro Javier Cáceres

Julián López "El Juli" en ¿su última actuación en Barcelona?


Barcelona: ni “toma”, ni Tomás; la nada, el abismo


Por Pedro Javier Cáceres.-18 de julio, la “toma de Barcelona”. Era lo previsto. Se abortó con la cornada de José Tomás en Aguascalientes. Cuando se supo, yo lo anuncié, perdón por el personalismo, estaré allí.
Estoy, escribo desde Barcelona. No era una cabezonería. Una testarudez, un empecinamiento o una soflama demagógica. No es nuestro estilo, vamos el mío.
Un compromiso que nació con el anuncio de esta temporada del Mediterráneo por parte de Toño Matilla, y que entendimos, a tenor de sus carteles de un gran esfuerzo para contrarrestar las “hordas” antitaurinas que por aquellos días amenazaban, de verdad, ya no eran amagos, con el exterminio de la Fiesta en Barcelona, en complicidad con los políticos que se posicionaron. Los socialistas en una ambigüedad sospechosa del sí pero… y los convergentes especulando con las elecciones de otoño y achicando tiempo a ver que decía el Constitucional sobre el Estatut. Y ya lo hemos visto, y como han reaccionado.

Era un compromiso, desnudo, sin ropajes ni enjoyamientos de fina bisutería dialéctica que muchos disfrazan de intelectualidad y que los taurinos catalanes, y el resto, tragando, acogen como el ejército salvador que al primer puyazo de un cambio de cartel deserta vergonzosamente.

El movimiento se demuestra andando. Hoy era el día, en domingo, día de toros, sobremanera en una Barcelona sin feria determinada, previsto para la “toma de Barcelona” en vísperas, a penas 10 días, para que los políticos, catalanes, no la política, se pronuncien. Casi con toda probabilidad con el dedo pulgar vencido por el peso de la sinrazón demagógica de un argentino embaucador que quita toda seña de identidad a los antitaurinos catalanes, pero, dedo pulgar, vencido por los últimos acontecimientos que aunque ajenos al toro pueden ser la guinda que consume la venganza catalana con España: la sentencia del Estatut.
Lo de menos es que fuera 18 de julio, fecha con sombras, negra si se quiere, aliviadas por la “paga extraordinaria”, por cierto a la que nadie renunció de por vida: ni azules, ni rojos, ni verdes, ni nacionalistas.
Se presumían eran vísperas del debate definitivo en el Parlament y la presencia de José Tomás conseguían la cuadratura del círculo para “tomar” festivamente Barcelona, disfrutar de sus numerosos encantos, dejar unos euros para el PIB y abarrotar la Monumental. Una manifestación masiva exigiendo libertad para decidir que hacemos con nuestras vidas, gustos y aficiones. Una manifestación lúdica para enviar un mensaje masivo de rechazo a la imposición sectaria y centralista desde lo más profundo del ombligo antiespañolista catalán. En Cataluña tambien existe centralismo y periferia. Casta política y súbditos.

José Tomás cayó herido gravemente en abril. Se mantuvo un hilo de esperanza en que reapareciera en Barcelona y redoblar aún más el impacto del suceso, que lo es, de su presencia en Barcelona. No pudo ser y el de Galapagar anunció que no torearía esta temporada.
Anulaciones masivas de pedidos de entradas y psicosis colectiva de catastrofismo. Se anunció la mejor de las sustituciones: El Juli, una vez más aceptando el reto y asumiendo su condición de máxima figura. En un momento impresionante (Valencia, Sevilla, Madrid…) y triunfador con cuatro orejas hace unas semanas en este misma plaza.

Pero ni la Monumental ha puesto el no hay billetes, aunque la entrada ha sido buena, la mejor de toda la temporada, y lo que es, peor para los objetivos de la Barcelona taurina y La Fiesta en general en su último esfuerzo, no ha habido ambiente reivindicativo. Antes bien, planeaba la sombra del ausente en forma de rictus de lamento lo que supone una grosería incalificable hacia la terna actuante.
Cierto es que tampoco se pudo rematar el cartel para los no aficionados, que a lo visto, es la grey peregrina de advenedizos, figurones y nuevos ricos en torno al “tomasismo”. Y no pudo ser por estar el cartel hecho a primeros de año con las exigencias conocidas del torero que anulan la maniobrabilidad de los empresarios cuando surgen incidencias, como esta.

No se ha visto por Barcelona a la cultureta taurina de la “zeja”. A los aficionados de ”reconocido prestigio” de España y Francia. A la nobleza taurina, duques, condes, ni marquesas. Ni “trapotes”, ni “lucios”, “ni carpas”, “ni barbos”, “ni truchas” de piscifactoría que son esta especie y que se disfrazan de salmón del Sella unas pocas veces al año; roneantes taúricos.

Poca prensa especializada y cero patatero de periodistas y escritores muy mediáticos que presumen de ser aficionados e incluso reciben premios y parabienes de los paniaguados del sector.

Ni la Mesa del Toro, ni el Presidente de la Real Federación Taurina de España, ni las uniones de abonados, ni los llamados “Parlamentarios Taurinos”.

La relación de espantadas nos podía ocupar una jornada completa, de sol a sol.
Después de hoy y con la que se viene encima Barcelona ha quedado como la excusa de enredo de taurinos y ociosos con pedigrí.

¿Por qué el ABC no montó alrededor de estas fechas, y razón de más cuando se supo que no venía José Tomás para apoyar causa mayor que la actuación de un torero y avivar conciencias su “romería en AVE” con destino Barcelona de meses pasados?.

¿Por qué el resto de los medios, en sus espacios taurinos y generalistas no se han comportado, conscientes de las circunstancias de Barcelona, como lo hubieran hecho de no haber tenido que modificarse el cartel?

José Tomás no ha podido estar por razones conocidas.¡Vestido de luces!. ¿Pero que le ha impedido estar de calle, dando testimonio y fe de vida de Barcelona?

Si de verdad hay tanta inquietud por la suerte que va a correr la Barcelona de “los toros” mi pregunta es:

¿Si a alguien se le hubiera ocurrido programar un fin de semana plagado de actos culturales y taurinos con José Tomás como protagonista y dejándose acercar a su público teniendo como colofón su asistencia a la corrida solidarizado con los compañeros que han hecho el esfuerzo de sacar adelante el festejo emblema de esta temporada,? el reventón en la ciudad y en la Monumental hubiera sido un acto reivindicativo serio a tener en cuenta por los políticos en vísperas de decidir y un subidón en la autoestima de toda La Fiesta.

¿Quién de verdad ha llorado o llora por Barcelona que no sean lágrimas de cocodrilos?

Supongo, que nadie. Si acaso el empresario que no se como no ha tirado la toalla con un panorama que si ahora es preocupante en unos días por política o subsistencia económica, más pronto que tarde es irreversible.

18 de julio. De la “toma” (de Barcelona) de Tomás, a la tomadura de pelo hacia los toros en Barcelona… de casi todos, o todos…los que yo me se.

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