la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 30 de enero de 2013

Apadrina un torero / Pedro Javier Cáceres


"...Las principales novedades de los dos primeros ciclos del calendario estriban en que, tras mucho tiempo, toreros como Castaño, Gallo, Rafaelillo, Urdiales comienzan temporada en el “pitón”…luego hasta “el rabo”, todo será toro; el toro de la dureza; de sangre, sudor y lágrimas..."

Apadrina un torero

Pedro Javier Cáceres
“Sota, caballo, rey”. Santo y seña de las ferias postineras del llamado circuito.

“Puerta, Camino y Mondeño”; otra época. La terna que servía de chascarrillo tenía multitud de variantes y un amplio elenco de triduos alternativos de igual calado o mayor.
Eran tiempos de competitividad y rivalidad. Donde en los carteles se solapaban hasta tres generaciones: los veteranos madurando retirada, la añada natural y las jóvenes promesas que fluían inmediatamente tras tomar la alternativa.

Sin obviar la amplitud de hierros y encastes que daban, dentro de la normalidad del “sistema” (el “sistema es mellizo de la Tauromaquia), variedad razonable que maquillaba —trufaba, es más exacto- con tan solo un matiz novedoso la repetitividad.
Había plantilla para varias ferias, y banquillo.

Escaparate y fondo de armario: primavera-verano, otoño- invierno, clásico y moderno, complementos, las últimas novedades y tendencias.
Todo con un toque de mestizaje que le daba frescura a cada cartel, feria y temporada.

Hoy, no.
Más: Sevilla (la Feria de Abril) anda bloqueada por el empeño de las figuras que se postulan para la corrida de Pascua en matar la de Victoriano del Río en feria. La empresa no quiere repetir cartel íntegro en pocos días.

Las principales novedades de los dos primeros ciclos del calendario estriban en que, tras mucho tiempo, toreros como Castaño, Gallo, Rafaelillo, Urdiales comienzan temporada en el “pitón”…luego hasta “el rabo”, todo será toro; el toro de la dureza; de sangre, sudor y lágrimas. Si bien los dos últimos con punto de apoyo por afinidad empresarial, lo que no empece sus merecimientos pero aporta el matiz de “despacho”, viceversa de ningún argumento para la ausencia de Alberto Aguilar.

No deja de ser un bienvenido “refrescar” pero dentro de un encasillamiento que responde a jugar “otra liga”.
Un enriquecimiento endógeno pero sin ningún aporte al ensamblaje de un escalafón, por arriba, parco de figuras con reclamo suficiente para dar un revulsivo al sector.

Desde el 2006, año de la alternativa de Talavante y , en otro registro, 2007 en que Luque se doctora, no se han producido mayores transfusiones de juventud en una élite que se retroalimenta de trile en trile dosificando las incorporaciones en 2005 de Castella y El Cid (ambos tras 5/6 temporadas de pelearlo) y Perera, más precoz, incorporado a los grandes carteles a partir de ese mismo año en que se hizo matador de toros.

Seis, ¿siete?, temporadas han transcurrido sin más savia ¿nueva? que la guerra de Iván Fandiño y David Mora a los que, parece, les garantizan la “europaleague” pero se les frena cualquier asalto a puestos “champions”; por lo civil, lo criminal o a la chita callando. La liga de campeones, es la que nos ocupa/preocupa.

En 2012 (lo de Padilla con las figuras responde a circunstancias excepcionales) solamente un torero, casi desconocido, se ha abierto paso entre la élite: Jiménez Fortes. O, al menos se lo abrió. Veremos los carteles de 2013; no está en Castellón y en Valencia lo anuncian en zona templada —o feria de encastes-.

Jiménez Fortes se lo ha ganado a pulso. Ha demostrado que es capaz de superar la presión de torear con las figuras. Pero la pregunta es ¿si no hubiera ido “apadrinado” por Chopera hoy estaríamos hablando de lo mismo?

¿Cuántos hay —tampoco muchos, demagogias las justas- con valores acreditados y que por falta de “padrinazgo” están en la marginación?

Se me ocurre uno, con notable en Sevilla… y al paro: López Simón. Otro, inédito pero “visto” de novillero: David Galván.

Ambos tendrán que hacer la carrera al revés: venir a Madrid a confirmar y jugárselo todo a una tarde como le ocurrió a Juan del Álamo, también digno de “apadrinar”.

Como Antonio Nazaré, en más larga “travesía del desierto”, más en la línea de los casos Fandiño y Mora.

Son algunos ejemplos para ilustrar. Sin perder de vista que los confirmantes entre figuras es circunstancia coyuntural por aquello de abrir carteles: “motorista” por un día sin marchamo de ser “escolta” a posteriori.

¿Quién es el padrino ideal?
Puede ser un apoderado-empresario poderoso; pocos están por la labor. Las formas de ruptura del último ejemplo no favorece cualquier otra iniciativa.
¿Empresarios valientes? Si los hubiera ¿quién les garantiza viabilidad de emprendedor cuando haya de proponérselo a las figuras?

En México se ha demostrado que la fuerza para “apadrinar” jóvenes promesas la tienen los toreros, los de arriba, los de muy arriba : El Juli lo ha hecho con Saldívar y Silveti (confesado por ellos). Y Castella con Juan Pablo Sánchez, aunque por razones de “equipo”.

¿Por qué no en España?
Si Juli, Manzanares, Morante…suficiente, “apadrinaran” un torero se podría testar si el toreo tiene futuro y relevo: a corto, medio y largo plazo. Ejemplos, haylos.

Está acuñado, por acreditado, que el gran Ordóñez pedía polluelos para en corral ajado por espolones medirlos… y en su medida frenarlos -¡a los albañiles!-, y si respondían ¡a funcionar!. Al menos chequearles con garantías.

Figura, tu que puedes “apadrina un torero”.

Al menos uno al año, que no hace daño. ¡Bonita campaña publicitaria!, a mayores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario