la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 14 de enero de 2013

EL BECERRO DE ORO / Por PLA VENTURA



En el devenir de la fiesta, está ocurriendo en la actualidad aquello que predijo hace ahora más de treinta años, el gran Alfonso Navalón; sí, aquel que dijera que la fiesta moriría por sí misma y, su predicción, desdichadamente, se está cumpliendo a rajatabla.

EL BECERRO DE ORO

PLA VENTURA
España
Las figuras del toreo andan desconsoladas y tristes porque se han dado cuenta que no interesan a nadie, y la prueba de lo que digo no es otra que la indiferencia de los aficionados al respecto de los carteles que, salvo en Madrid o Pamplona, por aquello del milagro que se da cita en dichas plazas, el resto, puro cemento, es decir, graderíos al aire libre.

En el devenir de la fiesta, está ocurriendo en la actualidad aquello que predijo hace ahora más de treinta años, el gran Alfonso Navalón; sí, aquel que dijera que la fiesta moriría por sí misma y, su predicción, desdichadamente, se está cumpliendo a rajatabla.

Los toros no interesan a nadie y, la culpa no la tienen los detractores de la fiesta y, mucho menos, los aficionados. Son culpables de su propia desdicha aquellos que han buscado siempre la comodidad, el medio toro afeitado, el burro fofo y descastado para que, actualmente, la fiesta sea pura parodia en manos de las figuras. El triunvirato de culpables está clarísimo; toreros, ganaderos y empresarios. A los ganaderos les sobran toros, los toreros dicen no tener contratos y los empresarios abandonan las plazas. ¿Qué porvenir tenemos?

Igualmente, la gran “prensa”, adalid de las propias figuras, les han reído las “gracias”; es decir, por parte de los grandes medios de comunicación, lo que hacían las figuras era bendecido. Unos y otros, ahora, ahí tienen los resultados. En la época dorada del periodismo taurino, era el propio Alfonso Navalón el que motivaba a las figuras puesto que, para eso existía la crítica, para recordarles a las figuras sus “deberes” y hacerles saber que una entrada para los toros valía una “fortuna”, de ahí las exigencias de la crítica para con los famosos.

Pasados los años, todo aquello murió. Feneció el toro como tal y se buscó, -y lo encontraron- el torito amable para que los “artistas” se lucieran; sí, todo era muy bello, al menos así lo parecía, pero lo que en realidad estaba pasando era que, entre todos, enterrábamos a la fiesta. Aquellos barros nos dejaron ahora estos lodos puesto que, en la actualidad, por ejemplo a Ponce, por citar un ejemplo, todo el mundo le hace reverencias; el último que criticó a El Juli fue el citado Navalón, ahora desaparecido. ¿Qué nos queda? Unas figuras ególatras, dueñas de lo que entienden como su verdad que, para colmo, no es otra cosa que la gran mentira. Un dato revelador: Siempre supimos que los toros daban cornadas, algo totalmente utópico en la actualidad, -ahí están los partes médicos- salvo en los casos de los diestros humildes o subalternos.

Sin duda, el planteamiento que tenían unos y otros, de no haberse dado cuenta los aficionados del fraude, el “chollo” les venía como anillo al dedo. Aquello del billete grande y toro pequeño, hasta les satisfacía. ¡Qué poca vergüenza! Pero el aficionado abrió los ojos, se enteró de que existía el toro de verdad y toreros capaces de lidiarlos y triunfar con ellos y, ahora mismo, en cualquier plaza, acude más público en un cartel de toros y toreros que con los de las propias figuras. Alicante, Granada, Córdoba….. ¿Tiro de estadísticas y digo todas las plazas donde las figuras no congregan a nadie? No hace falta. Lo sabemos todos, especialmente los empresarios que, unos se dejan las plazas, otros optan por recortes de honorarios impensables en otro momento; pero todo ello no es otra cosa que la debacle de aquello que se sembró durante muchos años y, ahora, ahí tenemos la “cosecha”.

Todos creían ser el “becerro de oro” y, craso error. Y lo más triste de todo es que, ellos, las figuras, pobres, todavía no se han dado cuenta del juego sucio con el que vivían, el que embadurnaban a todo el mundo, de forma concreta a sus voceros particulares, los medios de comunicación que les aplaudían lo que hacían. Y digo yo, ¿se viene a torear o a ponernos bonitos frente al torito domesticado? Hay datos que son reveladores. ¿Puede alguien comprender que, en la pasada temporada, uno de los grandes triunfadores, Iván Fandiño, no toreara ni una sola tarde con Manzanares, Ponce, El Juli, Morante… que por consiguiente no matara corrida alguna de Juan Pedro, Garcigrande, Núñez del Cuvillo…..? ¿Y se siguen llamando figuras del toreo? Que venga Dios y lo vea.

Podría dar miles de ejemplos de todo lo que digo pero, por citar un caso, Morante, en vez de regalarle unas gafas al presidente de la corrida del año pasado en Alicante, dicha soberbia, podía habérsela envainado y preguntarse por qué, en un cartel repleto de figuras, había menos de media plaza, justamente, en plena feria alicantina.

Sin duda, gafas necesitan las figuras del toreo para ver la triste realidad en la que viven. El uno regala gafas, el otro le pega a un periodista por decir la verdad, el de más allá se enfada con todo el mundo. Y nosotros, los que defendemos y pagamos la fiesta, ¿con quién nos enfadamos? Cuando menos, Alejandro Talavante se ha dado cuenta de sus miserias y ha optado, de momento, por ejercer como un gran torero en Madrid. Que cunda el ejemplo es lo que necesitamos y, de tal modo, sin duda, salvaríamos la fiesta.
***

3 comentarios:

  1. Si vemos publicaciones de los años 30s y 40s se darán cuenta que cambiandole nombres de las figuras y alguno que otro toro o ganadería, estamos viendo iguales criticas como la que aquí escriben. Mentira, la fiesta brava no se está acabando igual que lo decian en aquellos años otros detractores como el Sr. Pla Ventura.

    ResponderEliminar
  2. Valga como declaración de intenciones que no pienso responder al Sr.Anónimo si es que tiene a bien referirse a mi comentario.
    Peeeeero,proclamo que el Sr.Pla Ventura no hace más que poner el dedo en la llaga y desgranar la realidad de lo que sucede,aún a riesgo de que cualquiera le llamen "detractor" de la Fiesta,de lo que se deduce que el Sr Anónimo se considerará ferviente defensor,faltaría más.
    Sr. Pla Ventura,tiene Vd más razón que un Santo y su exposición no puede ser más razonada y correcta,sabiendo lo que dice y de lo que habla.La Fiesta no es que se esté muriendo,es que está muerta.Porque entre lo que hoy se ofrece y la Fiesta de los Toros cualquier parecido,como se pone en el genérico de las películas americanas, es mera coincidencia.
    Esto no es más que una opinión personal que coincide con la del Sr.Pla Ventura y a la que tenemos derecho.Nunca una declaración de hostilidades.

    (A ésto se le llama poner el parche antes de que salga el grano).

    ResponderEliminar
  3. Coincido plenamente con franmmartín en la valoración que hace de Pla Ventura, y cuando se dice que "La Fiesta no es que se esté muriendo, es que está muerta".

    ¿Pero habrá resurrección?.

    En caso de haberla, yo no la veré ni franmmartín tampoco salvo que Dios nos de vida y neuronas despejadas como a Paco Cano con sus 100 años.

    Muy recientemente en el blog de TOROSGRADASEIS en el post "Estimados señores De Magos" deje un comentario que entre otras cosas decía "Y los aficionados cabreaos y bastante enfadaos, pero tan -borreguitos- que se vuelven a poner en cola para renovar abonos o sacar entradas para ver el TIMAZO".
    Esto lo firme y se puede comprobar con el seudónimo "La mal pagá" pero destacando mi condición de "ex aficionado". Digo esto porque en ese mismo post "franmmartín" que sin duda es un exigente buen aficionado se metió en un laberinto de difícil salida como ahora vuelve a demostrarlo.

    Si dice que la Fiesta está muerta, no tiene lógica que asista a ciertas corridas donde puede salir el toro. Esas posibilidades yo también puedo sospecharlas, pero eso sería tanto como esperar el gran milagro de la resurreección de una muerte ya anunciada.

    Esa es la diferencia entre franmmartín y muchos aficionados conmigo, que mientras yo abandone, otros aunque de tarde en tarde sigue poniéndose en la cola no como borreguitos, pero si con fe. Y si hay fe, no se puede decir que está muerta, en todo caso que está grave.

    Saludos

    La mal pagá "ex aficionado"

    ResponderEliminar