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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 17 de septiembre de 2014

TOROS EN MADRID / por Antolín Castro

Fotografía: La Loma


"...La plaza de Las Ventas es de primera… especial, como los puertos de montaña en el tour de Francia. Por eso lo que se dispute en ella no puede ser simplemente una oportunidad. A ella han de llegar profesionales y no aspirantes..."


TOROS EN MADRID
  • Las novilladas que se dan en Madrid, lamentablemente, terminan sin interesar

Antolín Castro / Opinión y Toros
Así fue siempre: Toros en Madrid. Todos los domingos y festivos había toros en Madrid, una plaza, la de Las Ventas, de temporada. Ya no es así, aunque ya habrá alguno que me diga que sigue siendo de esa manera. No, ahora es: Novillos en Madrid.

Las novilladas que se dan en Madrid, lamentablemente, terminan sin interesar

El cambio no es baladí. La plaza más importante del mundo no puede conformarse, ni sostener su prestigio, siendo ‘La Chata 2’. Bellos recuerdos de aquella plaza de Carabanchel donde los novilleros tuvieron su trampolín y donde se fraguó ‘La oportunidad’. Aquello tenía sentido por ser una plaza menor, lo que sucede en Las Ventas no.

La plaza de Las Ventas es de primera… especial, como los puertos de montaña en el tour de Francia. Por eso lo que se dispute en ella no puede ser simplemente una oportunidad. A ella han de llegar profesionales y no aspirantes.

No estamos contra las novilladas, solo decimos que el marco de esa oportunidad no puede ser la plaza más importante del mundo, donde sale el toro o novillo más grande y donde la exigencia de sus aficionados es la mayor del mundo. En consecuencia, la preparación y capacidad de los que hacen el paseíllo también debería ser la mayor del mundo.

Claro que hay que dar novilladas, pero éstas han de ser de reválida para los novilleros más hechos, más relevantes, los que lideran su escalafón. Y, claro, siendo así, no hay tantos para rellenar todos los domingos del verano. Anunciada ya hay una para la feria de otoño que cumple los requisitos de los que hablamos. Esas son las que hay que dar, las que justifican los paseíllos de esos aventajados aspirantes a matadores.

Pero si todo lo descrito no es suficiente para que quede clara la exposición, sí lo es el resultado de las pocas corridas de toros que han tenido lugar en el verano. Matadores de toros con currículo, con opciones, sí han podido mostrar sus cualidades y han alcanzado triunfos. Eso fueron siempre las corridas de toros en Madrid, la ocasión propicia para relanzar a toreros relegados por unas u otras razones.

Es decir, mientras en las novilladas, muchas, no pasa nada, en las corridas, pocas, pasa algo o mucho. Toreros como Eugenio de Mora, Leandro, Serafín Marín o Pepe Moral han paseado trofeos que vienen a demostrar, como en el espejo del cuento de Blancanieves, que hay toreros ‘más guapos’ que los que hacen de madrastra y torean todos los días. Solo hay que dejarles que se miren en el espejo que tiene secuestrado el sistema y los que mandan.

Por si fuera poco el daño de las novilladas inadecuadas e inoportunas, otro daño que se le hace a la fiesta es la falta de competencia. Si no soltamos el espejo siguen siendo los ‘más guapos’ siempre los mismos y todos sabemos que no es así, pero se necesita ese ruedo y un toro para que se haga evidente. El espejo de Las Ventas necesita que se den toros.

Algo han rectificado, Comunidad y empresa, con eso de las dos corridas de los encastes en septiembre, pero es muy poco. Tampoco han repercutido en los carteles de la feria de otoño los triunfos de esos toreros triunfadores, donde solo ha entrado uno, pero lo que hoy escribimos ya va dirigido al futuro. Se ha de corregir este dislate novilleril propio de plazas de tercera, plazas en las que, curiosamente, si anuncian a los mejores novilleros.


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