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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 24 de octubre de 2016

Madrid. Esperando a Simón / por Ricardo Díaz-Manresa



"...Para empezar, felicitarlo. De espontáneo en su Nimes y de alternativa de aperitivo –hola y adiós- a emperador del empresariado (Valencia, Alicante, Nimes, Mont de Marsán, Zaragoza y…Madrid). Y francés en España. Y leo que de madre turca y padre polaco. Y dueño de medio toreo. Y el que levantó y mantuvo la feria del Pilar con la copla a lo lejos : La Virgen del Pilar dice/ que no quiere ser francesa/ que quiere ser capitana/ de la tropa aragonesa..."


Esperando a Simón

Esperando a Simón a ver qué hace en Las Ventas. Ya tiene la llave de Madrid y de medio toreo. Esperado con ilusión y a la vez con escepticismo. Inquietos y a la vez esperanzados para conocer qué quiso decir con “el antes y el después” de Madrid. Simón, en medio. “ El antes y el después” según Simón. Esperando el “después” de Simón. Muchas esperas

Para empezar, felicitarlo. De espontáneo en su Nimes y de alternativa de aperitivo –hola y adiós- a emperador del empresariado (Valencia, Alicante, Nimes, Mont de Marsán, Zaragoza y…Madrid). Y francés en España. Y leo que de madre turca y padre polaco. Y dueño de medio toreo. Y el que levantó y mantuvo la feria del Pilar con la copla a lo lejos : La Virgen del Pilar dice/ que no quiere ser francesa/ que quiere ser capitana/ de la tropa aragonesa.

Y poco a poco subiendo y subiendo. Todo un ejemplo para tantos taurinos rutinarios, autómatas y desilusionados. Como José Antonio Chopera con sus declaraciones en los finales del 14 y del 15 que esta es la última generación que vive del toreo y que esto se acaba…siendo empresario de Madrid y ganando dinero como envidiarían muchos desde el cetro del empresariado taurino.

También Simón debe morderse la lengua y taparse la boca –muy difícil en él- antes de decir que las novilladas de Madrid son un crimen contra la Humanidad. No, son un gran error que se arregla con novillos de garantía y el trapío para Madrid y novilleros con bagaje y posibilidades.

El mano a mano de Las Ventas terminó con una jugada monumental de estrategia haciendo que se confiara Taurodelta con declaraciones contra el pliego y su negativa a presentarse para darles la puntilla en el último momento. Un mano a mano de los de verdad, con posibilidad de ganar o perder tras enfrentamientos y disputas empresariales. El caso es que se quedaron solos y fue triunfador el francés con una estocada recibiendo.

¿Ha sido lo mejor?. Se verá porque hay muchos incrédulos. La incredulidad es la bandera. Doce años de Taurodelta son muchos, demasiados, incluso para una oferta seria, profesional, sin deslices y por supuesto sin problemas o escándalos, pero con mentalidad plana, rutinaria, profesional sin más y lo peor sin argumentos ni métodos ilusionantes para contener el descenso de abonados –grave- cada sanisidro y cada otoño, que debían haber encendido la luz de alarma.

Es verdad que en las últimas temporadas, vista la deserción de muchos fieles, intentaron un mejor trato. Lo decidieron o se lo impuso la mala situación permanentemente descendente.Y de estar horas y horas en la cola para los nuevos abonos pasaron a ofrecerlos por teléfono. Pero era tarde porque no había alicientes para volver y el que se va difícilmente regresa.

El antes –muchísimos años- hasta Simón lo cubre la empresa de Madrid como se llamaba (José María Jardón y Livinio Stuyck, el inventor de San Isidro, también con apellido difícil nada torero y tampoco era manco el nombre ). Muchos años en la Monumental, con Juanito Martínez y Alberto Alonso Belmonte, hasta que hereda Fernando Jardón, que resultó un desastre y tras los que llegaron Diodoro Canorea y José Luis Martín Berrrocal, que menos mal que duraron poco porque continuaron el desastre del hijo de Jardón. Les venía muy grande.

Y apareció Manolo Chopera que pobló las Ventas de abonados y de toros en la mejor época de la plaza del mejor empresario del orbe taurino. Y llegaron los Lozano que aprovecharon la época Chopera y aportaron profesionalidad y poca imaginación. Y de los Lozano pasamos a los Choperitas (José Antonio y su hijo Martínez Erice), profesionales planos que al menos mantuvieron la seriedad del toro, ya exagerado, y no digamos los novillos, con mala planificación y peor política. Y sin parar el descenso constante de abonados de cada feria y mostrando un período plano e irritante el tiempo entre las dos ferias, lo que va de San Isidro a Otoño. Tiempo sin nada dentro, casi suprimible.

Demasiado tiempo 12 años. Mi teoría de siempre es que nadie, por bueno que sea, debe estar más de 8 en ninguna parte (desde los políticos a los presis de vecinos). Más todavía los Lozano. Bastante Manolo Chopera y un tiempo que pareció interminable los Jardón-Stuyck. Por eso las cosas no salieron globalmente bien, especialmente para los aficionados.

Estas cuatro grandes casas, con sus faltas y virtudes, sus aciertos, con tantos sanisidros de relleno, sus carteles vulgares o no, mantuvieron al menos el prestigio de Las Ventas que es el edificio del toreo.

Veremos lo que es el “después” de Simón, para el que profetiza cambios enormes y positivos. Los tendremos que ver.

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