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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 16 de noviembre de 2016

"Odian nuestros valores" / por Rafael Comino Delgado


Siempre están más cerca de la delincuencia que de la ley y el orden.

"...Una parte de la sociedad española, toda la que está a la izquierda de la socialdemocracia, pero de la verdadera, no aquella que se autocalifica como tal sin serlo, odia a nuestros valores y especialmente odia a todo aquello que sea tradición española, como los Toros, Semana Santa, Navidad, el día de la Hispanidad, Himno Nacional, la Bandera, etc. y siempre están prestos para aliarse con quienes quieran romper España..."


"Odian nuestros valores"

Rafael Comino Delgado*
Nosotros, los españoles, pertenecemos a Occidente, nuestra cultura y nuestra civilización son las occidentales. Nuestros valores se fundamentan, guste o no, en la Filosofía griega, el Derecho romano y la Religión cristiana, sin embargo son rechazados, incluso odiados, por una parte de nuestra sociedad. Y uno, o al menos yo, se pregunta, ¿por qué? 

En principio resulta difícil comprender que ello pueda ser así, pues dichos valores, esos que algunos de nuestros compatriotas vilipendian y odian, nos han permitido ser la civilización más avanzada, en todos los aspectos, del mundo desde que el homo sapiens empezó a caminar sobre la Tierra. Es la civilización que reconoce a la persona como un ser libre, valioso por sí mismo, digno porque puede tener un proyecto de vida propio y único, merecedor de unos derechos, los derechos humanos, no reconocidos por otras civilizaciones, derechos que constantemente están exigiendo quienes al mismo tiempo condenan y odian a la civilización que se los ha otorgado. ¿Qué derechos se reconocen en el marxismo, en el comunismo? Solo el de ser un número no una persona, el de callar, decir si a todo y morir torturado en una cárcel, si no estás de acuerdo.

¿Cómo es posible que quieran destruir precisamente esos valores para suplantarlos por otros que solo han traído, y siguen trayendo, a la humanidad miseria, injusticia, y muerte? Pues es posible, es una realidad especialmente manifiesta en España.

Una parte de la sociedad española, toda la que está a la izquierda de la socialdemocracia, pero de la verdadera, no aquella que se autocalifica como tal sin serlo ( es decir todo lo que ahora mismo está a la izquierda de los socialdemócratas del PSOE, pues no todo el PSOE es socialdemócrata), odia a nuestros valores y especialmente odia a todo aquello que sea tradición española, como los Toros, Semana Santa, Navidad, el día de la Hispanidad, Himno Nacional, la Bandera, etc. y siempre están prestos para aliarse con quienes quieran romper España. Retiran la estatua de Samaranch, la de Pemán, el nombre de Millán Astray de una calle, quieren quitar el monumento a Colón, criminalizan el descubrimiento, colonización y evangelización de América, muestran su valentía tirando huevos a la estatua ecuestre decapitada de Franco , etc.(¡hay que ser de la más imbécil y despreciable hez!) 

Hace unas semanas lo hemos visto con la fiesta de la Hispanidad; no van a tal fiesta pero si asisten, si van a otras como la Diada catalana o el Alderdi Eguna. No firmaron el pacto antiterrorista contra el Daesh, no condenan la agresión a la guardia civil en Alsasua, pero defienden a Andrés Bódalo, delincuente condenado por agredir a un concejal en Jaén, disculpan y comprenden a Otegui y en general a los etarras. Siempre están más cerca de la delincuencia que de la ley y el orden. En realidad son antisistema y, en muchos casos, se puede decir que "fuera de la ley". 

Recientemente, en el debate de investidura, hemos podido ver que no solo odian nuestros valores, nos odian visceralmente a todos aquellos que pensamos de otra forma. Las palabras, los gestos, las miradas, las amenazas, de Pablo Iglesias, Errejón, Irene Montero, Pedro Sánchez (afortunadamente fuera de la Política), Tardá, Rufián, Maura (el podemita), Alberto Garzón (el simple y anodino último domestico de Iglesias), la portavoz de Bildu Marian Beitialarrangoitia, los representantes de la CUP, el portavoz de Compromís Juan Baldovi, etc., emanan un odio atávico infinito. Si pudieran matarnos con la mirada lo harían sin dudar.

No respetan a nada ni a nadie que no sean sus ideas comunistas, estalinistas, chequistas, que llevan implícito hacer todo aquello que haya que hacer para eliminar al adversario político, que para ellos es enemigo a muerte. Por eso enfatizo lo de "hacer todo aquello que haya que hacer para eliminar al adversario".

En definitiva puede decirse, con acierto, que odian todo lo que sea decencia y fomentan todo lo que pueda generar odio entre españoles. Ellos no lo saben porque son bastante ignorantes, pero el odio es la venganza de los cobardes, de los inferiores.

La filosofía de esta izquierda radical, es que "cuanto peor mejor", es decir, cuanto peor le vaya a España mejor para ellos, porque ven la posibilidad de derribar el sistema de convivencia que tenemos e implantar la dictadura del odio, la miseria y la muerte. No van a los cultos religiosos cristianos porque dicen son ateos, pero si van a los musulmanes, no porque crean en el Islam (ya hemos dicho que se declaran ateos) sino porque piensan que así debilitan al cristianismo y obtienen votos. Atacan despiadadamente a la familia tal como la concibe nuestra cultura y también a la Religión cristiana pero no a otras porque, como ya hemos dicho, todo lo que crean puede ir en contra del cristianismo y debilitar nuestra cultura es bueno para ellos. Pero la realidad es que llevan toda su vida atacando a los cristianos de todas las formas posibles (marginándoles, torturándoles, matándoles, poniéndoles todas las trabas imaginables, quemando iglesias ) y cada vez hay más y más convencidos. La batalla contra el cristianismo la tienen perdida irremisiblemente, y eso lo saben pero no lo aceptan, lo que les exaspera y hace perder la razón.

Si se hace un análisis detenido de la estrategia que utilizan, aquellos que acabamos de decir odian a nuestros valores y a los que defendemos dichos valores, se observa que ponen especial énfasis en atacar a dos pilares fundamentales cuales son la Familia y Religión cristianas, pues saben que si a la persona se le quitan ambas cosas queda desamparada y tiene que recurrir a lo que ellos llaman el Estado, la comuna, donde les prometen la felicidad total, el edén. Naturalmente todo es falso, pero lo malo es que cuando se ha llegado a tal punto ya no hay retorno, cuando se descubre lo que significa el Estado para ellos (mentira, falsedad, crueldad, falta de libertad, miseria, muerte ) ya no se puede salir de ese pozo sin fondo. De hecho, las palabras de Stalin expresan muy bien su realidad: "al cuerpo violencia y al alma mentiras". El que no lo crea que revise la historia de la Unión Soviética, de la Cuba de los Castro, de la Venezuela de Chávez y Maduro, de la Corea de Kim Jong-un. ¿Cuántos muertos hubo tratando de huir del "paraíso" que era la Unión Soviética? ¿cuántos murieron tratando de cruzar el muro de Berlín? ¿cuántos hubo y hay tratando de salir de Cuba? 

Naturalmente su clientela principal está en la juventud inexperta, bien intencionada, que nunca vivió las dificultades de la vida, que todo lo tuvieron fácil, también los marginados que nada tienen que perder y los muchísimos descerebrados, fácilmente impresionables por el populismo y la demagogia. ¿Han conocido Vds. alguien más populista y demagogo que Pablo Iglesias y sus adláteres, mas populista y demagogo que el Sr. Tardá de ERC, más populista y demagogo que Pedro Sánchez o el catalán, al que un amigo mío por confusión siempre llama Sr. Maceta, pero es Sr. Iceta (recuerden cuando decía ¡Pedro sálvanos!)? Jamás dicen una verdad.

Mucho cuidado con ambos, populistas y demagogos, están cargados de veneno que aturde, nubla y destruye la mente de quienes les sigan. Pueden hacer muchísimo daño si no se les rechaza pronto y de forma enérgica. Ortega y Gasset dijo: "Los demagogos son demoledores de civilizaciones". Así ha sido a lo largo de la historia.

Espero que nuestra España no tenga la desdicha de, algún día, caer en manos de esos abyectos, nefastos personajes, por el contrario que siga desarrollándose sustentada en los valores de la Filosofía griega, el Derecho romano y la Religión cristiana, que son los que nos han dado libertad, bienestar material y espiritual y, en definitiva, nos han traído hasta aquí.
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Rafael Comino Delgado, es médico y catedrático de la Universidad de Cádiz.

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